sábado, 20 de junio de 2015

ANIMALES Y FARAONES. El reino animal en el antiguo Egipto (hasta el 23 de agosto en Caixaformum Madrid)

EL IBIS

El calendario solar egipcio tenía 365 días divididos en tres estaciones de 120 días: Ajet (inundación), Peret (siembra) y Shemu (recolección). Pero, si sumamos el total de días, el resultado es de 360. Entonces los antiguos egipcios, para hacer cuadrar el calendario se inventaron 5 días más. A estos días los llamaron Heru-Renpet (los que están por encima del año) o Mesut-Necheru (del nacimiento de los dioses). He aquí el mito y sus protagonistas.

Re, en su ciclo de creación, había hecho aparecer el aire (el dios Shu), el agua (la diosa Tefnut), la tierra (el dios Geb) y el cielo (la diosa Nut). Pero Geb y Nut se enamoraron y se pasaban el día unidos, motivo por el cual Re no podía continuar con su tarea crativa. Por ello, les prohibió que se casaran y mandó al dios del aire Shu que los separara como fuese, para tener el espacio necesario donde hacer aparecer al resto de los seres vivos.

Pero Geb y Nut se sentían muy tristes y pidieron ayuda a TOT (dios de la sabiduría y del tiempo). Para solucionarlo, Tot retó a Jonsu (el dios de la luna) a una partida del juego egipcio del Sennet, donde el ganador conseguiría sumar a su calendario 5 días más. Evidentemente ganó Tot, el más sabio de los dioses, mientras que Jonsu perdió ese tiempo y parte de su luz (por eso la luna no brilla tanto como el Sol y en sus fases lunares se regenera). Esos días añadidos fueron bien aprovechados por Geb y Nut, que engendraron a cinco hijos: Osiris, Set, Isis, Neftis y Horus. Después, los dioses que se amaban fueron castigados y condenados a vivir eternamente separados, aunque todavía hoy intentan unirse. Y es así como, en ese intento, los antiguos egipcios justificaban la explicación de los terremotos y la aparición geográfica de las montañas.




© Las leyendas bestiales del Egipto Faraónico. Caixaforum Madrid
 

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